Sin ti no como, no bebo, no salgo, no me peleo, no creo que pueda
ser peor. Te quiero, también te deseo, creo en ti, no creo en Dios.
Déjame viajar dentro de tu maleta de aseo o debajo
de tu ropa interior. Yo mientras tanto, tirando de tu corazón. Y así con
todo me cambias de color, sin ti todo de mal en peor. Sueño como me
gustaba cuando me decías: “Nadie te lo hace como yo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario