martes, 17 de enero de 2012

¿Por qué no te invité a dormir? Sentados en las escaleras esperando a que dijeras que la vida es mejor en compañía. Sentados en una orilla viendo a los demás pasar. Como yo tampoco dije nada aquella noche, fue la vez que más cerca estuvimos de enredarnos en un beso, de mezclarnos bien por dentro. Aquella noche fue la vez. Como tú nunca dijiste nada, tienes tanto que perder. Se nos fugó la noche de jugarnos en un beso lo bueno de los momentos. Tú ya sabes nunca tuve apenas nada que perder.

Estoy haciendo algo por mi vida, ya volveré cuando tenga tiempo de hacer algo aparte de estudiar, o cuando vuelva de Tenerife.. o no sé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario